ES CASTELLOT

Se trata de una casa introvertida, que potencia cada rincón para ser visto y sentido, donde los momentos que pasas en cada lugar sean intensos, y donde la transición entre los lugares sea también un paseo interesante.

La forma de limitar y anexionar en la casa los espacios exteriores cobra especial trascendencia. Se organiza la casa en cuatro volúmenes tradicionales, enganchándolos de forma que configuran varios patios e intersticios resultante lugares muy diferentes. El uso del fin blanco para los edificios y el marino para los muros de los patios define los límites y caracteriza el ambiente. Todos los exteriores son un “mar de gravilla” con unas “islas de hormigón” para uso diverso, y unas “láminas de agua” para ser vistas y para utilizarse. Entre todo esto sombras de acebuches y futuros cenadores vegetales.

Los interiores no son neutros: la sección de cada volumen, los forjados de estructura vista, las pequeñas ventanas “esculpidas” en los muros, las maderas combinadas, l’escala escultura, las luces combinadas, los “trespols”, las cales de tonos crudos naturales, los muros vestuarios, los tabiques de cristal… caracterizan todos los rincones sin necesidad de añadir nada decorativo. Los muebles imprescindibles para ocupar cada espacio, elegidos como unidades independientes, pudiéndose usar incluso en el exterior… todo esto define una atmósfera especial, intensa y diversa.

La explicación funcionalista es simple: cuerpo de día con una zona interconexionada de sala / comedor / cocina con un altillo destinado a estudio; cuerpo por la noche colocado en paralelo y conectado por el acceso central, ocupado por tres dormitorios, vestuarios y baños; y cuerpo de servicio que se prolonga conectado por el patio norte, ocupado por terrassa de piscina, servicios y sala de máquinas.